



En el marco de la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de la jura de la reforma constitucional sancionada en el año 1994, el Congreso Nacional continúa con la realización de distintos espacios de reflexión con la participación de destacados referentes constitucionales.
Enmarcado en la “Atenuación del presidencialismo en la reforma del ´94. ¿Qué leyes habría que sancionar y cuáles modificar?”, el primer panel estuvo integrado por especialistas del derecho constitucional argentino.
En primer lugar, Roberto Gargarella, abogado, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Derecho de la Universidad de Chicago (EE. UU), sostuvo que “la Constitución Argentina del ´94 mejoró respecto a la reforma de 1853”, en lo referido a los aspectos centrales que tienen que ver con “los derechos e intentos de moderar el presidencialismo”.
En la misma línea, el abogado aseveró que “lo más importante que se hizo tiene que ver con el compromiso que se asumió en materia de derechos humanos, materia de género y en derechos indígenas”.
“Hoy vivimos en un paradigma radicalmente democrático donde la ciudadanía se asume como empoderada y el traje institucional es todo lo contrario y está diseñado sobre la desconfianza democrática”, afirmó el sociólogo.
A modo de balance, Gargarella resumió: “Creo que la Constitución de 1994 resolvió muchos de los problemas que se habían generado en el ´53, ya que agregó compromisos que no estaban, y merecían estar, y atendió algunos de los dramas de la época”.
Sin embargo, el sociólogo indicó que “omitió hacer -o no incluyó-, alguno de los cambios que deberían hacerse a la luz de los viejos problemas originados entonces”.
A su turno, el abogado Ricardo Gil Lavedra, diputado nacional mandato cumplido y conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, reflexionó sobre la atenuación del presidencialismo, al sostener que fue “uno de los temas que motivó la reforma”.
En ese sentido, el constitucionalista señaló que “no hubo consensos genuinos entre los partidos políticos” que participaron en ese entonces de la reforma, acerca de la atenuación del presidencialismo y eso produjo “una redacción defectuosa”.
En la misma línea que su preopinante, Gil Lavedra expresó: “La reforma constitucional del ´94 ha sido la más legitima que ha tenido la Argentina, ya que ha permitido que la Constitución no pertenezca a una facción política, sino a todos los argentinos”.
Con una amplia y reconocida trayectoria, el ex Ministro de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, afirmó que “la atenuación del presidencialismo no ha operado en la práctica”. “Un texto constitucional interpretado de distintas maneras, o no, puede dar lugar a determinadas prácticas”, puntualizó.
Para finalizar su exposición, Gil Lavedra consideró que “la concentración de poderes que trae el presidencialismo no es bueno para la democracia”, por lo cual señaló que si se quiere cambiar ciertas prácticas o realizar modificaciones “se deben retomar los ideales del ´94”.
A su turno, el abogado Alberto García Lema, Convencional Nacional Constituyente, integrante de las comisiones Redactora y de Coincidencias Básicas de 1994, realizó un panorama de lo sucedido en Argentina desde el año de la reforma hasta la fecha.
Al respecto, García Lema afirmó que la “gran legitimidad” que tiene la Convención Constituyente terminó en un gran espíritu de concordia, que llevó a que sea votado y jurado por unanimidad de todos los bloques que representaban a las fuerzas políticas. “Esto no es poca cosa en un país que muchas veces presenta grietas culturales, sociales y económicas”, sentenció.
Haciendo referencia a los conflictos políticos en Argentina, García Lema señaló que los mismos “se debaten y se resuelven en las urnas y los gobiernos que surgen de las ellas”. En esa línea, agregó: “No existe más la alternativa de la violencia política como una amenaza al conjunto del sistema”.
Para concluir, el Convencional Nacional Constituyente detalló que el sistema de atenuación del presidencialismo en la reforma “no es la fórmula que está reducida a la figura de Presidente y Jefe de Gabinete, sino que debe leerse el conjunto de las reformas y cómo juega cada una de ellas”.
Como moderador del panel, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara Alta, senador nacional Dalmacio Mera, aseguró que “la reforma de 1994 fue la más consensuada y convenida entre diferentes actores, no solo políticos”.
LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO EN LA REFORMA CONSTITUCIONAL
En un segundo panel de la tarde, especialistas disertaron acerca de la Convención sobre los derechos del niño incorporada en la reforma del ´94. En esta oportunidad, actuó como moderadora la presidenta de la Bicameral de los Derechos de Niñas, Niños y adolescentes, Samanta Acerenza.
La diputada Aceranza expresó que “esta jornada es muy importante para reflexionar sobre una Convención que cumple 30 años”. Además, destacó la designación de la Defensora de los niñas, niños y adolescentes, tras 14 años de ese puesto vacante.
En tanto, Nora Pulido, coordinadora del Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia, comentó que “con la incorporación del Tratado de los Derechos del niño a la Constitución se abrió un camino para la transformación legislativa y de políticas públicas”. Pulido enumeró algunas leyes “progresistas” como lo son la Asignación Universal por Hijo, la ley de salud sexual integral, la ley de trata y la ley de protección en violencia de género.
Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social y monitoreo de UNICEF Argentina, disertó sobre los desafios pendientes en los últimos años. “Hay grandes avances sobre la cobertura de servicios, pero al mismo tiempo hay poblaciones que han quedado rezagadas, por ejemplo 500.000 chicos fuera del sistema educativo”, expresó Waisgrais, que "pidió renovar este desafío, poder generar cambios en las políticas y terminar con la lógica fundacional”.
Por su parte Alejandro Williams Becker, abogado y politólogo, explicó la incorporación del Tratado en el Código Civil y Comercial de la Nación y enumeró los principios de "autonomía progresiva y protección; interés superior del niño referido a instituciones; participación del niño en los procesos; responsabilidad de progenitores; noción de vida desde la concepción", entre otros.
La profesora titular de Derecho Penal y Procesal Penal de la Facultad de Derecho de la UBA, Mary Ana Bellof, reflexionó que “el cambio legal fue un cambio importante y lo fue también la percepción de la sociedad sobre los niños”. Bellof también se centró en la relevancia del derecho público local y pidió “repensar de qué manera se cumple la ley en las distintas jurisdicciones”.
Por último, Marisa Graham, abogada y postulante a Defensora de niñas, niños y adolescentes de la Nación (su pliego fue aprobado por Diputados, pero aún falta que se ratifique en el recinto del Senado), recordó que la reforma del ´94 “fue una de las mejores experiencias de mi vida, la de asesorar en la Comisión de ese Tratado”.
Como problemas a resolver, detalló "las condiciones de vida, el trabajo, la vivienda, el trabajo infantil, el no acceso a alimentos". "Para avanzar se debe lograr un desarrollo armónico en todas las provincias”, dijo.
LA REFORMA Y LOS DESAFÍOS EN MATERIA DE GÉNERO
En el último tramo de la jornada, referentes en la lucha por los derechos de la mujer abordaron los desafíos del nuevo siglo en materia de género y en ampliación de derechos.
En relación a la participación de las mujeres en la política y el trabajo, la diputada nacional Carla Pitiot (FUNA), expresó que “la reforma del ´94 significó un avance significativo en los derechos políticos de las mujeres” aunque evaluó que “la participación laboral aún no es equitativa, y representa un gran desafío”.
Con respecto al avance de la mujer en la región, la empresaria agropecuaria Adela Nores, explicó que “solo el 7,3% de las mujeres ocupan asiento en las juntas directivas de las cien mejores empresas de América latina”. Y, en el ámbito rural, “cuesta mucho abordar esta problemática para generar las reformas necesarias”, dijo.
Por último, la diputada Parlamentaria del Mercosur, María Luisa Storani (UCR), ponderó que “la reforma fue una llave fundamental para afianzar y ampliar los derechos de las mujeres”.
El panel estuvo moderado por la presidente de la Fundación Global, Graciela Adán. Según Adán, “las leyes sancionadas recientemente pusieron a la Argentina en el primer nivel del debate mundial con respecto a la ampliación de derechos de las mujeres”.