Declarar su rechazo a la resolución 646/08 dictada por el Comité Federal de Radiodifusión en la cual se ordena levantar la programación de Radio Continental que se emite por FM 104.3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Señor presidente:

La resolución 646/08 tomada por Juan Gabriel Mariotto, titular del COMFER, por la cual se resolvió levantar la programación que Radio Continental, AM 590, duplica en FM 104.3 de la ciudad de Buenos Aires es una medida arbitraria ya que tiene el propósito de perjudicar a un medio de comunicación independiente y crítico acerca de las políticas del gobierno. Se trata de un episodio más de la larga lista de presiones al periodismo que han caracterizado estos cinco años de autoritarismo kirchnerista. Apelando a su habitual discrecionalidad el Gobierno sanciona así los editoriales críticos del diario El País y a periodistas como Magdalena Ruiz Guiñazú y Víctor Hugo Morales, víctima hoy de un segundo episodio de discriminación laboral.

Es una medida inaceptable ya que en el territorio nacional hay varias emisoras que también duplican su señal con el fin de alcanzar una mayor audiencia. El estado de anomia en el que el gobierno llevó a la administración de la política de medios permite tomar estas medidas políticamente interesadas persiguiendo a algunos licenciatarios para que cumplan con las normativas, mientras que a otros se les permite incumplir con la ley.

Cuando se lo interrogó acerca de por qué no intimaron a las empresas Cuatro Cabezas e Ideas del Sur que cedieron la FM 104.3 para la programación de Radio Continental, el titular del COMFER afirmó en una entrevista al diario La Nación, que "....esa metodología no respeta el plan cultural que presentaron cuando se les concedió la licencia de la FM 104.3. Pueden terminar en la caducidad de la licencia." Estas declaraciones prueban que el gobierno observa los contenidos que se difunden en algunas emisoras.

Preocupa, por lo tanto, que el gobierno tome decisiones arbitrarias con algunos medios de comunicación en vísperas del tratamiento en nuestra Cámara del proyecto de la ley de radiodifusión, ya que un instrumento legal como el mencionado debe ser absolutamente ciego a los intereses particulares de los conglomerados de medios y velar por las garantías de los derechos individuales a la expresión. En una sociedad abierta, la libertad de expresar ideas sin obstrucciones ni censuras es condición necesaria para que las mejores triunfen sobre las menos valiosas. Limitar el alcance de la distribución de la información pone a los ciudadanos en una posición desventajosa con respecto a otros que tienen acceso inmediato a ella.